Ascensor para acceso al casco antiguo
Arquitecto
Carles Enrich Gimenez
Colaboradores
Adriana Campmany, Ángel Rosales, Ada Sánchez
MasaAD (estructura)
Fotógrafo
Adrià Goula
Situación
Gironella, Barcelona
Fin de Obra
15/09/2015
Fabricante de Ladrillo
Cerámica La Coma
El lugar
Gironella es un municipio que ha crecido en las últimas décadas dividido por el río Llobregat. El centro histórico se encuentra en la cima de una colina de 20 metros a la orilla derecha del río mientras que la parte moderna se ha situado al otro lado del río. El frente fluvial está formado por una serie de vestigios medievales que suponen un patrimonio arquitectónico e histórico para el pueblo, del mismo modo que también lo son las colonias textiles de principios del siglo XX que bordean el río.
Discontinuidad urbana
El desnivel de 20 metros ha generado una fractura social. Con los años el centro histórico se ha ido despoblando debido a las dificultades de accesibilidad. Las estrechas calles escalonadas que llevan a la plaza de la Vila suponen un esfuerzo para la gente mayor y los más pequeños. La propuesta consiste en la inserción de un ascensor como acceso al casco antiguo para potenciar la conectividad urbana entre las dos partes del pueblo, dinamizando el uso del centro histórico y evitando la exclusión social.
Materialidad
Con la intención de integrarse como una capa más en la memoria histórica del lugar y dialogar con todas las preexistencias, proponemos la ubicación del ascensor en un punto estratégico del camino de Cal Metre, por donde antiguamente se accedía a las colonias textiles. Reconocemos el estrato vegetal del paseo de Cal Metre como un primer nivel de relación con el espacio público y buscamos una continuidad material con las industrias textiles. La estructura está formada por pilares tubulares de 80.8 y anillos tubulares de 80.8 cada 1,5 m. Unos perfiles L 100 soldados a estos anillos permiten la sujeción de los tramos de celosía cerámica. Los 8 metros inferiores de la caja del ascensor se resuelven con un cerramiento vidriado, cuya transparencia garantiza la integración en el paseo de Cal Metre por debajo de la copa de los plátanos, que suponen un magnífico umbráculo cambiante con las estaciones. Los 16 metros superiores están cubiertos por una celosía que cierra tres caras de la estructura, dejando la cara interior abierta para mantener un contacto visual con el muro y los vestigios de la muralla durante el trayecto. La celosía se resuelve con un único material, en este caso gero modelo 10*R, colocado de canto, dejando unos huecos que ofrecen mayor porosidad y vistas puntuales al paisaje. La elección y disposición del material viene dada por criterios de relación con las naves industriales, pero también por criterios de economía (bajo coste, facilidad de ejecución y nulo mantenimiento), criterios climáticos (protección solar de la cabina, ventilación de la caja) y, al mismo tiempo, la posibilidad de disponer de una entrada de luz filtrada.